Tendón de la corva de reconstrucción de LCA
¿Qué es el método de reconstrucción del ligamento cruzado anterior (LCA) con tendón de la corva?
El método de reconstrucción del ligamento cruzado anterior (LCA) es un procedimiento quirúrgico que reemplaza el LCA lesionado utilizando un tendón de la corva del propio paciente. Este ligamento es esencial para estabilizar la rodilla, evitando el desplazamiento excesivo de la tibia hacia adelante y limitando los movimientos de rotación. Cuando el LCA se lesiona, especialmente en deportes de contacto o actividades que implican giros rápidos, la cirugía de reconstrucción se convierte en una opción necesaria.
Causas de la lesión del LCA
Las lesiones del LCA son comunes en deportes que requieren movimientos bruscos o cambios rápidos de dirección, tales como el fútbol, baloncesto y esquí. Estas lesiones pueden ocurrir por:
- Cambio repentino de dirección
- Disminución de la velocidad al correr
- Aterrizajes incorrectos tras un salto
- Golpes directos en la rodilla
Síntomas de la lesión del LCA
Cuando se produce una lesión en el LCA, es frecuente escuchar un fuerte “pop” y experimentar hinchazón en la rodilla debido al sangrado interno. La rodilla puede sentirse inestable, y la persona puede tener dificultades para realizar movimientos de rotación o cambiar de dirección sin que la rodilla ceda.
Indicaciones para la reconstrucción del LCA
El método de reconstrucción del LCA es ideal para pacientes que desean retomar actividades físicas intensas, como correr o practicar deportes que impliquen cambios rápidos de dirección. Este procedimiento ayuda a restaurar la estabilidad de la rodilla y mejora la función de la articulación.
Diagnóstico y procedimiento
Para diagnosticar una lesión del LCA, el médico realiza un examen físico, pruebas como resonancia magnética (RM) y artroscopia. Si la reconstrucción con tendón de la corva es necesaria, el procedimiento se realiza bajo anestesia general. Durante la cirugía, se utiliza un artroscopio para ver el interior de la rodilla, y se toma un tendón de la corva para reemplazar el ligamento lesionado. El nuevo injerto se fija en su lugar utilizando tornillos.
Como en cualquier cirugía, la reconstrucción del LCA puede tener riesgos, como infecciones, coágulos sanguíneos, o daño a nervios y vasos sanguíneos. El cuidado postoperatorio incluye rehabilitación para restaurar la fuerza y el movimiento de la rodilla. Se recomienda evitar actividades deportivas intensas durante 5 a 6 meses para permitir que el injerto se integre adecuadamente.